El Síndrome de Down es una alteración genética que se produce por la presencia de un cromosoma extra (los cromosomas con las estructuras que contienen el ADN, que es el principal constituyente del material genético de los seres vivos) o una parte de él.
La incidencia estimada del síndrome de Down a nivel mundial se sitúa entre 1 de cada 600-700 concepciones en el mundo.
El síndrome de Down no es una enfermedad ni tampoco existen grados de Síndrome de Dow, pero el efecto que esta alteración produce en cada persona es muy variable.
El 21 de marzo es el Día Internacional del Síndrome de Down, una fecha denominada por la Organización de las Naciones Unidas en diciembre de 2011.
La finalidad de la celebración de este día es generar una mayor conciencia pública sobre la cuestión y recordar la dignidad inherente, la valía y las valiosas contribuciones de las personas con discapacidad intelectual como promotores del bienestar y de la diversidad de sus comunidades.
Al no ser una enfermedad, no se trata médicamente. Pero es fundamental, la atención precoz en las distintas áreas de desarrollo de los niños y niñas con Síndrome de Down para lograr el mejor desarrollo dentro de una vida plena y de calidad.
Atención temprana y estimulación cognitiva
Los programas de atención cognitiva (entre 0 y 6 años), así como la estimulación cognitiva, permiten mejorar significativamente las habilidades de las personas con síndrome de Down. Esto ayuda a que tengan una mayor autonomía.
Unidades especializadas
Los adultos con síndrome de Down suelen presentar problemas de salud muy complejos. Conviene tratar en unidades con experiencia y dentro de hospitales con una alta especialización.