Terapia Ocupacional e Integración Sensorial aplicado en TEA
La Terapia Ocupacional para niños con TEA
La terapia ocupacional en niños con TEA es una disciplina que busca mejorar la calidad de vida y fomentar la independencia de niños con Trastorno del Espectro Autista. Aunando esfuerzos y trabajando en equipo con padres, profesores y otros profesionales, se establecen objetivos específicos para el niño o niña.
Mediante evaluación y terapia, se desarrolla un programa individualizado que combina diferentes estrategias como actividades físicas, de juego y adaptativas. Destacando beneficios como el desarrollo de habilidades de comunicación y socialización, mejora de habilidades motoras y perceptivas, y promoción de la independencia. Los centros anda CONMIGO ofrecen servicios de terapia ocupacional e integración sensorial para estos niños.
Importancia de la terapia ocupacional en niños con TEA
La terapia ocupacional desempeña un papel crucial en la vida de las personas con autismo. A través de intervenciones individualizadas y adaptadas a las necesidades de cada niño, en nuestros centros de atención temprana, se ayuda a desarrollar habilidades de comunicación, interacción y juego, lo que mejora su calidad de vida y su capacidad para funcionar de manera independiente en su entorno.
Además, la terapia ocupacional permite a los niños con TEA adquirir habilidades motoras finas y gruesas, mejorar la conciencia de su propio cuerpo y desarrollar relaciones positivas con los demás. También favorece el desarrollo de habilidades perceptivas, facilitando el procesamiento y comprensión de la información sensorial.
Cómo evalúa un terapeuta ocupacional un niño con TEA
La evaluación en terapia ocupacional es un paso fundamental para comprender las necesidades y dificultades específicas de los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA). A través de este proceso, el terapeuta ocupacional puede identificar áreas de desarrollo que requieren atención y establecer una base sólida para crear un programa de tratamiento individualizado.
Observación y detección de necesidades y dificultades
Durante la evaluación, el terapeuta ocupacional utiliza la observación directa para detectar signos y comportamientos relevantes. Esto puede incluir lapsos de atención y resistencia, cambio de actividades, habilidades de juego, necesidad de espacio personal, respuestas al tacto u otros estímulos, habilidades motoras, agresión u otros comportamientos, y las interacciones entre el niño y los cuidadores.
El terapeuta también trabaja estrechamente con los padres, maestros y otros profesionales para recopilar información sobre el rendimiento del niño en diferentes entornos, como el hogar y la escuela. Esta colaboración ayuda a obtener una imagen completa de las necesidades y dificultades del niño, y garantiza un enfoque integral en el proceso de evaluación.
Uso de técnicas específicas de evaluación
Además de la observación directa, el terapeuta ocupacional puede utilizar técnicas específicas de evaluación para obtener una comprensión más profunda de las habilidades y necesidades del niño. Estas técnicas pueden incluir pruebas estandarizadas, cuestionarios y entrevistas estructuradas.
Estas herramientas de evaluación proporcionan información objetiva y cuantitativa sobre el desempeño del niño en áreas como habilidades motoras, habilidades cognitivas, habilidades de juego y habilidades sociales. El terapeuta ocupacional analiza los resultados de estas pruebas en conjunto con la observación directa y la información recopilada de los cuidadores para obtener una visión completa del perfil del niño.
Registro y seguimiento de progresos
Una vez completada la evaluación inicial, el terapeuta ocupacional registra los hallazgos y establece una línea base para el niño. Esto permite medir el progreso a lo largo del tiempo y ajustar el plan de tratamiento según sea necesario.
El terapeuta ocupacional utiliza diferentes herramientas de seguimiento, como escalas de evaluación y registros de observación, para registrar los avances del niño en áreas específicas de desarrollo. Estos registros proporcionan información objetiva y permiten una evaluación continua del progreso del niño en la terapia ocupacional.
En 1960 Jean Ayres (Terapeuta Ocupacional) comenzó el estudio de la Integración Sensorial.
Integración Sensorial y Trastorno del Espectro Autista
En la última revisión del manual diagnóstico DSM5, aparecen nuevos criterios de inclusión en la categoría de Trastorno del Espectro Autista:
“Hiper o hipo-reactividad a los estímulos sensoriales o interés habitual por aspectos sensoriales del entorno”
Esto reconoce, por primera vez, unas características sensoriales atípicas en personas con Trastorno del Espectro Autista. Siendo del 45% al 96%, aquellos que presentan alteraciones sensoriales a lo largo de su vida.
Objetivos de la terapia ocupacional para niños con autismo TEA:
- Ayudar al niño a desenvolverse en el entorno y la sociedad.
- Reducir la discapacidad.
- Otorgar mayor sentido al mundo.
- Crear un entorno sensorialmente seguro, aumentando la conciencia sobre el mismo.
- Fomentar un comportamiento más adaptativo y menos autoestimulativo, mejorando el comportamiento social y emocional.
- Aumentar la aproximación a nuevas actividades.
- Aumentar la participación activa en las actividades de la vida diaria: aseo, vestido, alimentación, juego…
- Mejorar el bienestar de la persona.
Cuales son las alteraciones sensoriales en el TEA:
- Hipersensibilidad sensorial: reacciones negativas (66% de los casos) al entorno con bajo nivel estimular
- Hiposensibilidad sensorial: respuestas disminuidas o nulas a estímulos, incluso el dolor.
- Búsqueda sensorial: fuerte deseo estimular concreto (autoestimulación).
- El 70% muestra intereses inusuales, causando mayor severidad en los síntomas del TEA.
- Cuando una persona muestra una alta reactividad sensorial, podemos encontrar problemas gastrointestinales, ansiedad, tendencia a la invarianza, estereotipias…
- Cuando una persona muestra una baja reactividad sensorial, podemos encontrar trastornos en la comunicación social y comportamientos repetitivos.
- Otras dificultades pueden ser: selectividad por los alimentos, caminar de puntillas, rabietas, autolesiones, problemas de sueño, alteración del sistema olfativo, pobre tolerancia al ruido, problemas con la textura de la ropa…
Alteraciones por una integración sensorial atípica del TEA:
Debido a la sociedad en la que vivimos, donde los estímulos se encuentran de forma exagerada, las personas con una I.S. atípica, sufren sobrecargas sensoriales que pueden desembocar en crisis sensoriales o en desconexiones sensoriales.
– Sistema táctil:
No respuesta afectiva, postura corporal inadecuada, dificultad con la textura de la ropa o las etiquetas, rechazo a la ducha por la presión del agua o por su temperatura, exceso tocando texturas, dificultad para cortar las uñas y/o el pelo, rechazo a las caricias, caminar de puntillas…
– Sistema Visual:
Gusto/rechazo por las luces, objetos que se mueven, partículas de polvo, ruedas de vehículos, tapado de ojos, poco contacto visual…
– Sistema Olfativo:
Oler la comida antes de probarla, oler a personas, dificultades en la alimentación, no tolerar las fragancias…
Aproximadamente el 70% de las personas con TEA sufre desórdenes alimentarios.
– Sistema Gustativo:
Meterse cosas en la boca, gusto por los alimentos crujientes, gusto por el picante, todo a la boca, restricción alimentaria, dificultad con algunas texturas o con el sólido…
– Sistema Auditivo:
Tirar cosas, ambientes ruidosos, repiten constantemente partes de videos, se despiertan con sonidos bajos, llanto frente a estímulos, taparse los oídos, dificultad en cines, teatros…
“Su estímulo del oído es como llevar a un audífono en superalto, es como un micrófono abierto que lo recoge todo” Temple Gardin
– Sistema Vestibular:
Aparecen juegos rotatorios, de saltos, trepar, movimiento continuo, jugar a caerse… O por el contrario, respuesta exagerada a movimientos pequeños, no les gusta el parque ni los columpios, vómitos con movimientos no bruscos…
– Sistema Propioceptivo:
Dificultad en la conciencia corporal, lateralidad, gusto por trepar, suspenderse en una barra…
“La I.S. ha demostrado buenos resultados y disminución de los movimientos” Henderson, 2011
Conclusión:
Sabemos y podemos comprobar, que el porcentaje de niños autistas con problemas en su integración sensorial es muy alto y que estos problemas ocasionan que no puedan desarrollar sus actividades, en muchas ocasiones, de una forma funcional y adaptada.
Esto aumenta su discapacidad en ciertas situaciones, comprobando así que muchos de sus aspectos referidos al TEA, mejoran al recibir Terapia de Integración Sensorial y esto ayuda a disminuir su discapacidad dentro de la sociedad y hacer un uso más funcional de sus capacidades.
Los resultados analizados en varios estudios, demuestran, que, en un periodo corto de tiempo, hay evidencias de la eficacia de la terapia de integración sensorial en la mejoría del desempeño y del comportamiento de las personas con TEA.un