Abandono de las terapias en verano
Cuando las familias deciden que su hijo/a debe asistir a un centro de terapias, en muchas ocasiones, esto es un proceso complicado, implica asumir que hay unas necesidades especiales o diferentes a otros niños de su edad y además implica que deben de emplear este tiempo en asistir a un centro de terapias en lugar de asistir a una extraescolar, al parque o realizar cualquier otra actividad.
Además, se asume que esto conlleva un coste, ya que hay niños/as que precisan de un tiempo corto estimado de terapias y otros niños/as cuyas necesidades son mayores y precisan de más terapias y/o tiempo de atención.
A pesar de esto y de saber la importancia que las terapias tienen en la vida de nuestros niños, son muchos los casos que llegado el verano abandonan los centros y no retoman las terapias hasta septiembre, convirtiendo el tiempo de terapias en un tiempo equivalente al periodo escolar o al periodo de extraescolares.
Cierto es, que los niños/as necesitan del periodo estival para desconectar y descansar del esfuerzo realizado todo el año. Pero, cierto es también, que debemos valorar la importancia y el beneficio obtenido de la continuidad de las terapias durante todo el año.
Por un lado, las terapias las basamos en los intereses de los niños y en el juego, por lo que los niños/as acuden al centro a jugar, y analizando las actividades y los objetivos, los profesionales conseguimos su avance mediante la adaptación de nuestras terapias, generando un ambiente de diversión a la par que de trabajo.
Las terapias infanto-juveniles las basamos en la neuroplasticidad, está capacidad de nuestras neuronas de aprender con el trabajo continuo, creando nuevas redes neuronales y aumentando los aprendizajes mediante su estimulación y desarrollo. Cuando rompemos esta continuidad, también rompemos con este proceso, generando un parón y en ocasiones, una regresión en las capacidades aprendidas y en los avances conseguidos. Notando cambios en nuestros pequeños, retrocesos o aparición de necesidades nuevas, y dilatando la estimación temporal para lograr los objetivos establecidos.
En cualquier caso, es el profesional, la persona indicada para realizar una valoración de las necesidades de cada hijo/a y de la posibilidad de realizar un descanso estival. Es el profesional quién nos puede guiar para reducir o aumentar las terapias durante el verano y la persona capacitada para darnos indicaciones adecuadas en el manejo del hijo/a en el hogar durante estas fechas.
¿Abandonamos los tratamientos farmacológicos en verano? ¿Entonces, porque abandonamos los tratamientos sanitarios?
Esta pregunta es importante tenerla en cuenta, e incluir la atención terapéutica en nuestra conciliación durante el verano. Barajar las diferentes opciones que nos pueden ofrecer nuestros centros y nuestros profesionales es fundamental, para garantizar un mantenimiento de los tratamientos durante estos meses.