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¿Cómo puedo saber si mi hijo tiene un retraso madurativo?

 

El retraso Madurativo y la estimulación temprana

Cuando hablamos de un niño con retraso madurativo, asumimos que ese pequeño irá siempre un paso por detrás de sus compañeros, y que su desarrollo tampoco será igual que el del resto. Sin embargo, lo que pocos conocen es que, tras este término, se esconden diferentes dificultades, que pueden afectar a diversas áreas (desde el sistema motor al lenguaje), provocando que ese niño evolucione de una forma distinta a otros de su edad.

Por ello, tal y como nos explican Javier Bergón, fundador de Fundación anda Conmigo y Centros de terapias Anda Conmigo, y Macarena Aparcero, directora del Centro Anda Conmigo de Boadilla del Monte, lo más importante es ponerse en manos de los profesionales para detectar si hay un retraso, averiguar cuáles son sus causas y atender al pequeño lo antes posible. Porque, si en algo coinciden tanto uno como otro es en que, cuanto más temprano (y preciso) sea su diagnóstico, mejor será su crecimiento.

 

¿Qué se entiende por retraso madurativo?

El retraso madurativo o Retraso global del desarrollo es un término que se usa en niños (hasta los seis años) que no alcanzan algunos hitos del neurodesarrollo que se espera por su edad cronológica. Es decir, que, en comparación con otros niños de la misma edad, su evolución está significativamente por detrás.

Esto puede afectar a varias áreas del desarrollo, a nivel motor, del lenguaje y la comunicación, así como del desarrollo cognitivo. Pero, “si afectan a una sola área, por ejemplo, el lenguaje, se debería hablar mejor del retraso del lenguaje, igual que si afecta al andar, hablaríamos de retraso motor”, señalan.

 

La prematuridad y la falta de estimulación, dos de las causas más frecuentes del retraso madurativo

Ambos nos detallan que el retraso madurativo puede tener diferentes causas, aunque las más comunes suelen ser:

– Bebés prematuros o con bajo peso al nacer. Según afirman, en algunos casos, se dan circunstancias en el embarazo y en el parto que hacen que el proceso madurativo sea más lento. De hecho, esto deriva en lo que denominan ‘reflejos primitivos no integrados’, unas respuestas innatas que se desarrollan durante la gestación, y que están presentes en el momento del nacimiento para lograr que el pequeño se adapte al entorno, y facilitar sus destrezas motoras posteriores.

– Una falta o baja estimulación. Por diversos motivos, algunos niños no tienen la oportunidad de experimentar y aprender relacionándose con el entorno (como, por ejemplo, yendo al parque), y esto puede repercutir en el aprendizaje en la escuelas y en la relación con los demás niños.

– Problemas sensoriales (la capacidad de entender el entorno con los sentidos) que limitan los aprendizajes iniciales.

– Niños con otitis continuas, que pueden ralentizar el momento del habla.

Y, por último, señalan que también existen causas desconocidas. «Muchos niños tienen un ritmo de maduración más lento por razones que no siempre se pueden explicar», aseveran.

 

Signos que indican un retraso madurativo durante el primer y segundo año de vida

«Nos vamos a dar cuenta de que nuestro hijo es algo más lento en alcanzar hitos de desarrollo. Su maduración no entra dentro de los parámetros considerados ‘normales’, comentan Javier Bergón y Macarena Aparcero. Para ello, destacan que hay que estar pendientes de los siguientes síntomas que se manifiestan en el primer y segundo año de vida:

– El primer síntoma puede ser que comience a gatear después de cumplir un año o que tarde más de un año en balbucear sus primeras palabras.

– Por otro lado, se debe prestar atención a si trata de mostrar los juguetes que le interesan, si no lo hace, podría ser un síntoma de esta alteración del desarrollo. Además, mostrarse indiferente ante los juguetes y juegos que deberían entusiasmarle está considerado como otra señal de retraso madurativo.

– No reacciona cuando se le llama por su nombre o no presta atención al mostrarle un objeto llamativo, que debería captar su mirada.

– Un indicador importante es el hecho de que no reconozca sonidos cercanos como la voz de sus padres, el ladrido del perro o el timbre de su casa.

– Es incapaz de imitar acciones, sonidos o ritmos, aunque sean sencillos.

No obstante, los expertos inciden en que con la estimulación adecuada, los niños pueden alcanzar sin problemas el desarrollo propio para su edad. «Por ello, es importante acudir a ayuda profesional», concluyen.

 

La falta de motivación y de autoestima, dos de sus principales riesgos

Tal y como se especificó con anterioridad, un niño con retraso madurativo es un pequeño al que le llevará más tiempo alcanzar hitos de desarrollo. Su maduración no entra dentro de los parámetros considerados ‘normales’, lo que se traduce en dificultades de aprendizaje.

Por esta razón, estos niños suelen estar un curso por debajo al que le correspondería, un retraso escolar que se suele cuantificar entre uno y dos años. Así que, en muchas ocasiones, ya no sólo se trata de que les resulte complicado seguir el ritmo, sino que se presentan problemas de autoestima (ya que perciben sus capacidades y habilidades inferiores) y falta de motivación, al pensar que no son capaces de alcanzar a sus compañeros.

 

Ante cualquier sospecha, hay que consultarlo con el pediatra

Los expertos de la Fundación Anda Conmigo nos explican que lo primero que se de hacer es acudir al pediatra para analizar la situación del niño y su evolución respecto a su edad cronológica.

En función de la característica que pueda provocar el retraso madurativo, se puede derivar a una neuropediatría y/o a un centro de atención temprana, donde los profesionales valorarán y marcarán la línea de intervención. «Bajo nuestro punto de vista, deberá estar compuesto por un equipo multidisciplinar en el que puedan participar de forma coordinada el fisioterapeuta, logopeda, terapeuta ocupacional, psicólogos y psicopedagogos«, nos comentan Javier Bergón y Macarena Aparcero.

 

La clave está en la estimulación temprana

La estimulación temprana es clave en el retraso madurativo, y se revela como la terapia más eficaz para hacer frente el retraso madurativo de los niños.

«Lo primero de todo es tener un diagnóstico precoz y también que sea lo más preciso posible, y a partir de aquí la palabra clave va a ser la estimulación en todos los sentidos», destacan Javier Bergón y Macarena Aparcero.

Cuando se habla de estimulación, se refiere a entrenar de manera sistemática para intentar que se produzcan las conexiones neuronales necesarias para adquirir y acelerar determinadas habilidades, que, al ritmo de evolución natural del niño, van a retrasarse o quizás no se lleguen a adquirir.

Aquí, señalan, también juegan un papel primordial los padres, que deberán acompañarles y seguir las pautas que dictaminen los profesionales, como los que forman parte de la Fundación Anda Conmigo.

«La continuidad y constancia será nuestra mejor arma», afirman los expertos.

 

Lo más importante: educarle como un pequeño más, pero teniendo en cuenta sus características personales

«Si nos centramos en las dificultades el niño se conseguirá este avance. Debemos ser conscientes de las necesidades y trabajar de forma personalizada y directa con ella», apuntan Macarena Aparcero y Javier Bergón. De ahí que ponerse en contacto con los especialistas sea un paso fundamental para conseguir que el niño continúe con su desarrollo y aprendizaje de forma correcta.

Ambos lanzan un mensaje tranquilizador a los padres, y nos recuerdan que un niño con retraso madurativo es capaz de aprender y hacer sus tareas, aunque su ritmo sea más lento. Así que nos dan una serie de consejos:

– No forzarles a la hora de realizar cualquier tarea. El niño necesita que se respeten sus tiempos y características.

– Prestar especial atención a su autoestima. Hay que ayudarle a formar un autoconcepto positivo, basado en la aceptación de sus cualidades personales.

– Es importante que adquiera responsabilidades y desarrolle su autonomía, e igual de fundamental que se relacione con otros niños o niñas y aprenda habilidades en ese sentido.

Así que, en definitiva, resumen que hay que tratarle como un hijo más, pero, eso sí, teniendo en cuenta sus características personales.

Y recordad, si tenéis cualquier duda, podéis poneros en contacto a través de nuestra web en: http://andaconmigo.es/contacto

Os dejamos el artículo que publicamos en la revista Hola: https://www.hola.com/ninos/galeria/20201230181873/retraso-madurativo-causas-sintomas/8/

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