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¿Necesito un logopeda?

A menudo se relaciona la visita al logopeda con algún tipo de deficiencia grave en el habla. Sin embargo, acudir a este tipo de especialistas debería convertirse en una rutina más habitual de lo que es en principio.

El caso de Málaga es, con total probabilidad, uno de los más representativos. La población infantil de este municipio alcanza la cifra de 311.379 menores repartidos entre 101 municipios. La capital engloba el 34,7% de esta población, seguida de Mijas (5,3%) y Vélez Málaga (5%).

Si tu hijo o hija va al “tole” en vez de al cole, come “cocholate” en lugar de chocolate o no se baña en la piscina, sino en la “pistina”, lo primero es mantener la calma. Los niños necesitan tiempo para asimilar ciertos conceptos. Muchas veces, se imitan unos a otros y simplemente toman malas referencias. Hay sonidos que son especialmente complicados para ellos, sin olvidar que el español es una de las lenguas más ricas del mundo. El hecho de que hayan nacido en los últimos meses del año también puede ser un condicionante. Por lo general, los pequeños nacidos en diciembre tienen más dificultades para desarrollar sus capacidades lingüísticas que los natos a comienzo de año.

¿Qué es un logopeda y cuál es su función?

La logopedia es la disciplina que engloba el estudio, prevención, detección, evaluación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos de la comunicación humana. El logopeda utiliza una variedad de técnicas y enfoques para abordar los problemas del lenguaje. Estas pueden incluir:

  • Evaluación del lenguaje y la comunicación: El logopeda realizará una evaluación exhaustiva para determinar el nivel de desarrollo del lenguaje y la comunicación de una persona. Esto puede incluir pruebas formales, observación clínica y entrevistas con los familiares.
  • Terapia del habla y el lenguaje: Una vez que se ha realizado la evaluación, el logopeda diseñará un plan de tratamiento individualizado. La terapia del habla y el lenguaje puede incluir ejercicios de articulación, actividades para mejorar la comprensión y expresión verbal, y técnicas para desarrollar habilidades de comunicación.
  • Asesoramiento y apoyo a los familiares: El logopeda también puede brindar asesoramiento y apoyo a los familiares de una persona con dificultades en el lenguaje. Esto puede incluir pautas para fomentar la comunicación en el hogar y estrategias para ayudar al niño a desarrollar habilidades lingüísticas.

 

¿En qué consisten los trastornos del lenguaje?

Tenemos que estar atentos a este tipo de trastornos, ya que pueden afectar a lo siguiente:

  • Al habla
  • A la voz
  • Al lenguaje en sí mismo
  • A la audición

La logopedia trata todo tipo de trastornos del lenguaje y, como siempre decimos, no solo los pequeños con discapacidad sufren este tipo de problemas. Dentro de los trastornos del lenguaje que podemos encontrar en los pequeños, las más habituales son la dislalia y la dislexia.

¿Cuales son los trastornos más comunes del lenguaje infantil?

La Dislalia

Las dislalias, caracterizadas por la manifestación de errores en la articulación de la palabra. Los órganos del habla se utilizan incorrectamente sin haber lesiones o malformaciones presentes.

Por ejemplo, se omiten sonidos (“cuato” en lugar de “cuatro”). En otras ocasiones se sustituyen fonemas (“toche” en vez de “coche”; “lata” por “rata”; “caro” en lugar de “carro”) o también se distorsionan (es el caso del rotacismo o pronunciación de la “R” española como si fuese la francesa, más ligera de lo que es en realidad).

La dislexia

Las dislexia se caracteriza por la alteración de la capacidad de leer por la que se confunden o se altera el orden de letras, sílabas o palabras.

La disglosia

Las disglosias, que consisten en la dificultad de producir sonidos por alteraciones fisiológicas de los órganos articulatorios. Se dan por ejemplo en los casos de personas con labio leporino, paladar escindido, nasalidad, etc…

La disfemia

La disfemia es un trastorno de la fluidez del habla que afecta al ritmo de la expresión verbal. Esto quiere decir que es una disfemia la alteración del discurso, más comúnmente conocida como tartamudez.

La disprosodia

Por otro lado, la disprosodia, también es una alteración del ritmo de la palabra, en este caso a consecuencia de la disminución y aumento grande en la velocidad del habla. Algunos expertos la enmarcan dentro de las disfemias.

La disartria

Por su parte, la disartria se da por la falta de control muscular de los órganos del habla, debido a lesiones del sistema nervioso central o periférico.

¿Te has sentido identificado con alguna de estas alteraciones al pensar en tu hij@? ¡Tranquil@!

Si es así, debes saber que es totalmente normal. Las ya habituales como la dislalia o la dislexia, son más comunes de lo que pensamos. El proceso de aprendizaje es complejo y sobre todo irregular, lo cual quiere decir que no todos los niños aprenden al mismo ritmo.

Por eso, en ocasiones, acudir al logopeda infantil es fundamental para detectar posibles deficiencias, mejorarlas, erradicarlas y sobre todo para poder convivir con ellas sin que sean un problema para el desarrollo del niño, ofreciendo pautas a padres y profesores.

Con el tiempo se consigue minimizarlas e incluso acabar definitivamente con ellas.

Sin ir más lejos, muchas veces este tipo de matices en el habla provocan risas y burlas entre los compañeros de la misma edad, por eso es tan importante que un especialista se encargue de tratar al niño de forma que en ningún momento se sienta excluido o marginado (del que ya hemos hablado en la psicología infantil)

Por lo general tenemos un pánico a acudir a consultas de médicos y expertos y lo mejor es abordarlo como algo cotidiano, como quien va a la peluquería a recibir un corte de pelo.

¿Debo ir con mi hij@ al logopeda? 

Al igual que nos preocupamos por la salud dental de nuestros pequeños, de su educación o de que practiquen deporte para mantenerse en forma, es importante prestar atención a la evolución de su lenguaje. Los trastornos relacionados con este no solo engloban el habla, aunque sean los casos que más demanda requieren. También hay que incluir los relacionados con la compresión, la producción, la gestualidad o la socialización. Dicho esto, el hecho de que nuestro hijo o hija pronuncie mal ciertas palabras no provoca que sea estrictamente necesario la visita al logopeda.

Pero en ocasiones resulta acertado, aunque solo sea para descartar posibles desórdenes. No hay que olvidar que la etapa entre el nacimiento y los 6 años es un periodo de gran plasticidad cerebral, en el que los pequeños desarrollan capacidades a un ritmo vertiginoso.

Los trastornos pueden mejorar en esta fase y muchas veces terminan por descartarse por una evolución más que favorable. Víctor Acosta, presidente de la Asociación Española de Logopedia, Foniatría y Audiología (AELFA), defiende que “esperar es una mala política”.

Respecto a los problemas articulatorios en el habla, quizá los más visibles, no todos se deben a anomalías cerebrales. En muchos casos, se trata de simples defectos físicos en los órganos periféricos, por ejemplo la lengua, la mandíbula o los dientes.

Si el problema va más allá de la pronunciación, como por ejemplo temas de autismo y socialización o no saber diferenciar entre izquierda y derecha, además de ponerle un par de capítulos de Barrio Sésamo a tus hijos, deberías acudir al logopeda para que vigile la evolución de sus comportamientos. Solo así se pueden tratar posibles deficiencias.

 

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